Saludos a todos, espero se encuentren de lo mejor posible:
El día de hoy me levante y en mi cabeza solo existía una
idea infundada por la pasional fuerza que inspira a crear, a crear un poema, un
cuento, una pintura o escultura, un excelente plato de comida o el mejor de los
sonetos, y heme aquí, dejando que mis dedos fluyan alrededor de las teclas de
mi ordenador intentando ser coherente al dejar salir los pensamientos a través
de mis manos, para que así lleguen a un terreno un poco más real y tangible. Y así
pues trato de pensar, que me gustaría escribir… un poema tal vez, es bien
sabido que al demonio le encantan los poemas, el amor es siempre tan hermoso y
doloroso, la combinación perfecta de ingredientes para poner a prueba al ser
humano y así hacerle entender que el bien y el mal realmente existen, aunque
los poemas también pueden tratar de dolor, de agónica y dulce pasión, lujuria
lacerante y desdén decrepito, oh la poesía, el dulce idioma de Lucífago de Rafaquele
para complacer a quienes tratan de obtener sus bienes sin un precio a pagar,
solo para encontrarse atrapados en la eternidad… Al igual que los sonidos
provocados por el sublime y demoniaco violín del Dominus Musicus Niccoló
Paganini Bocciardo, cuyo incomparable genio fue atribuido a la intervención obscura…
Ah, los viejos tiempos, tan añorados y sin embargo, tan abandonados al olvido y
a la superchería…
Y es así que antes de escribir me encamine a releer un poco
de mis viejos favoritos, para así tener un poco más de inspiración y no solo
dejarme llevar por la loca pasión de la poesía que generalmente termina en
senda tragedia irreparable y como me es casi imposible versar sobre amor sin
citar al incomparable bardo de Avon, “Si la música es el alimento de amor toca
sin cesar, dame exceso de ella, eso, glotonería, que el apetito tal vez enferme
y entonces muera” oh, eternidad en ti, creo que empezare con ese título, y de ahí
partirá mi idea hasta sus fatales flirteos finales con la mejor narrativa de la
que yo sea capaz, y que así siga y siga hasta el letrado final y deje de
retumbar en mi cabeza… sea pues:
Eternidad en ti
Así debería sonar tu nombre, sin ser parte de algo común,
como el amplio eco del vacío en el infinito poblado de luz, tan fuerte y
penetrante como la luz de venus y a la vez tan gentil como la brisa cálida de
primavera y que más me daría el perecer en soledad si mi vida continuaría por
una eternidad en ti, en tus pensamientos, en cada uno de tus suspiros que de
manera traicionera escapan de tus labios susurrando mi nombre, inmortal y
eterno gracias a tu corazón indomable, en el cual mi amor vivirá hasta el fin
de los tiempos pues si el día de hoy he decidido por fin que mi alma será para
ti y solo para ti, sin importar que me alejes de tu lado, sin importar que de
tus brazos nunca obtendré un refugio seguro o que de tus labios jamás probare
el dulce néctar de los dioses… Aunque sé que tu rechazo no es desprecio si no
miedo a alejarte de lo confortable, que tu inseguridad, son las hojas afiladas
que poco a poco abren surcos carmesí por toda mi piel. Y es que tu egoísmo te
venda los ojos y así te hace imaginar que soy un monstruo que te arruinara la
vida, que solo estoy aquí para cambiar tu imaginaria verdad absoluta sobre ti,
sobre tu mundo y tus relaciones, que con
mis lobunos colmillos arrancare piezas de tu ya fragmentada alma y así las consumiré
para regodearme en el morboso y sádico placer que me ocasionara lastimarte y es
por eso que mientras tú vives en una burbuja de miedo, construyendo fortalezas
amuralladas en el viento, para así poder alejar a todos los que tu consideras
un peligro, lastimas a muchos otros, y me lastimas a mí. Tus confines
enclaustrados y murallas llenas de cañones me destrozan, pues aunque tú no lo
veas así, soy solo un ejército de un solo hombre, soy el demonio si, pero soy
el demonio que se despojó de todo ante tus puertas para que así lo vieras como
realmente es, como un ser común, uno que te ama y que lo daría todo por ti… un
hombre destrozado por tus defensas, que aún está deseoso por ofrendarse a ti y
solo a ti, aunque eso signifique morir en un campo de batalla injusto, lleno de
tus tropas dispuestas a despedazar a cualquiera… Y es que si ese es mi destino,
que grabado en piedra sea, pues entonces aceptare que tu armada de protectores
me destroce parte por parte, y antes de cerrar los ojos para así ser abrazado
por la pétrea frialdad de la parca, gritare mi amor por ti, para que así sea
grabado como mi epitafio, que nací para ti, viví por ti, y que por tu mano mi
final llego, pues mi único deseo era tener una eternidad en ti.
Y así termina mi apasionada carrera por los versos de mi
obscura alma, espero que sea de su agrado y agradezco su paciencia, que tengan
una excelente tarde y una aún mejor vida.
Semper tuum est
Ifgael Markore
Cognitio non est libertatem.